martes, 7 de octubre de 2008



Información

Universidad Autónoma de Occidente
Facultad de Comunicación Social - Departamento de Lenguaje
3° Piso Ala norte
Cll 25 # 115 - 85 Km. 2 Vía Cali - Jamundí
Santiago de Cali, Colombia


Elizabeth Narváez Cardona
Tel. (o72) 3188000 Ext. 11491


María Mercedes Chacón
Tel. (072) 3188000 Ext. 11525

DOCENCIA UNIVERSITARIA, LECTURA Y ESCRITURA ACADÉMICA

Noviembre 5, 6 y 7 de 2008
Universidad Autónoma de Occidente
Santiago de Cali – Valle del Cauca, Colombia



Formulario de inscripción


Por favor llenar a máquina o en procesado de palabras

Apellidos:
Nombres:
Dirección:
Cédula:
Ciudad: Estado /Provincia: País: Código Postal:

Teléfono Casa: Teléfono Trabajo: Celular:
Correo electrónico: Fax:

Inscripción como:
□ Ponente $ 150.000 pesos colombianos (75 dólares)
□ Ponente estudiante $ 75.000 pesos colombianos (38 dólares)
□ Asistente $ 250.000 pesos colombianos (125 dólares)
□ Asistente estudiante $ 100.000 pesos colombianos (50 dólares)
□ Ponente Universidad Autónoma (no cancelan inscripción)
□ Asistente Universidad Autónoma $ 100.000 pesos colombianos (50 dólares)
□ Egresados Universidad Autónoma $ 150.000 pesos colombianos (75 dólares)

Forma de Pago:
Para recursos en el exterior se debe transferir el dinero a:

Beneficiario: Universidad Autónoma de Occidente
Banco del beneficiario: Banco de Bogotá
Cuenta beneficiario: 180240772 (Corriente)
SWIFT: BBOGCOBB
Ciudad y País: CALI, COLOMBIA

Para pagos nacionales e institucionales:

Tesorería de la institución en cheque o con tarjeta de crédito. Máximo 200.000 pesos.

Cuenta de Ahorros No. 0165-0019118-0 Banco Davivienda. Únicamente en efectivo.

□ Transferencia electrónica
□ Consignación en cuenta de ahorros nacional.
□ Pago en la tesorería de la institución.

Nota: Anexar el soporte de la transacción

Envíe el formulario de inscripción por correo electrónico a:
enarvaez@uao.edu.co
mmchacon@uao.edu.co
Por Fax: (072) 5553901



MODALIDADES DE PARTICIPACIÓN & COSTOS

FORMA DE PAGO
Para recursos en el exterior se debe transferir el dinero a:

Beneficiario: Universidad Autónoma de Occidente
Banco del beneficiario: Banco de Bogotá
Cuenta beneficiario: 180240772 (Corriente)
SWIFT: BBOGCOBB
Ciudad y País: CALI, COLOMBIA

Para pagos nacionales e institucionales:

Tesorería de la institución en cheque o con tarjeta de crédito. Máximo 200.000 pesos.

Cuenta de Ahorros No. 0165-0019118-0 Banco Davivienda. Únicamente en efectivo.

DOCENCIA UNIVERSITARIA,
LECTURA Y ESCRITURA ACADÉMICA
Noviembre 5, 6 y 7 de 2008
Universidad Autónoma de Occidente
Santiago de Cali – Valle del Cauca, Colombia

MESAS TEMÁTICAS

Mesa temática 1.
Lectura, escritura y tecnologías de la información y la comunicación (TICS)

Mesa temática 2.
Lectura, escritura y conocimiento científico e investigación

Mesa temática 3.
Lectura, escritura y segunda lengua

Mesa temática 4.
Enseñanza y géneros propios de la formación profesional o académica

Mesa temática 5.
Lectura, escritura y aprendizaje

Mesa temática 6.
Lectura, escritura y campos humanísticos

Mesa temática 7.
Lectura, escritura y ciencias del lenguaje

Mesa temática 8.
Lectura, escritura e institución universitaria
Mesa temática 8. Lectura, escritura e institución universitaria
La semánala de la lénguala
Paloma Pérez Sastre
Universidad de Antioquia, Colombia
Objetivo: Mostrar panorámicamente un evento singular: la celebración de la semana del idioma en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia (2007 y 2008).

La experiencia es significativa por varias razones; entre ellas:
La lengua no es objeto profesional de la Facultad.
Las directivas participaron activamente en la gestión, programación, realización y dirección.
Los estudiantes de primero, segundo y sexto semestres (aquellos que toman materias del Área de Comunicaciones) y sus profesores fueron creadores y ejecutores de eventos.
Toda la comunidad asistió a los eventos.
El nombre del evento fue elegido con anterioridad por concurso entre todos los miembros de la comunidad.

La estrategia estuvo motivada por la pregunta que nos ocupa a los profesores del Área: ¿Cómo enseñar las materias relativas a la lengua en una facultad de medicina?, dado el poco aprecio de los estudiantes por cursos vistos como “extraños” y “de relleno”. En esa extrañeza se afinca nuestro objetivo de implicar a toda la Facultad en los temas del lenguaje, que no sólo dota a los estudiantes de invaluables herramientas de comunicación, sino que les abre las puertas de las humanidades.

Aunque en la concepción del evento estaba clara la necesidad de involucrar los aspectos afectivo, estético y lúdico de la lengua, existía la incertidumbre por la motivación de los estudiantes, pues ¿cómo hacer un conjunto de actos que no se parecieran a los del colegio? La inquietud se resolvió haciendo que los mismos estudiantes eligieran libremente los temas y la forma de presentarlos. De igual manera, se trató de que todo el proceso de planeación, elaboración y realización se hiciera en el horario de las clases, con lo cual se venció la resistencia a utilizar tiempo extra
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Una práctica de lectura académica en una experiencia de formación de docentes universitarios

Elizabeth Narváez, Sonia Cadena Castillo & Beatriz Elena Calle
Universidad Autónoma de Occidente, Colombia
Diseñamos y analizamos una propuesta de formación de docentes universitarios sobre lectura académica. Ésta se sustenta en la concepción de que los docentes especialistas en lengua, en tanto orientadores, reconocen la especialidad de los docentes de otros campos, para negociar la transformación de las prácticas con la lectura que sean viables y pertinentes en las asignaturas. Este artículo focaliza la reflexión sobre la manera como se planeó y desarrolló el trabajo con dos documentos escritos, con el propósito de incidir en la creencia de los docentes de que no es su responsabilidad ocuparse de la lectura en la universidad. El documento se organiza en tres momentos: El primero justifica la propuesta de formación; el segundo la caracteriza; el tercero visibiliza los sucesos emergentes durante el trabajo con los dos documentos de lectura y, por último, se presenta la discusión. La reflexión desarrollada por el grupo investigador podría mostrar que la transformación de las instituciones -hacia prácticas académicas con la lectura- pasa por la necesaria formación de equipos docentes.
Políticas para el Fomento de la Lectura y Escritura en la Universidad de Ibagué
Gina Quintero Aldana & Yurani Ruiz
Univesidad de Ibagué., Colombia
La presente ponencia constituye un avance del proyecto de investigación: Caracterización de las Políticas Institucionales para la Lectura y la Escritura en Lengua Materna, en la Universidad de Ibagué, cuyo objetivo general es determinar y caracterizar las políticas sobre lenguaje en la Universidad de Ibagué. El estudio es descriptivo e interpretativo y los datos de análisis son cualitativos tales como: documentos referidos a política de la Universidad sobre lectura y escritura, entrevista a directivas, docentes y estudiantes de la Universidad de Ibagué y los programas curriculares de los cursos que la institución ofrece. Adicionalmente, se toman datos cuantitativos a través de una encuesta a estudiantes de la Universidad de Ibagué.

El resultado esperado es el documento Caracterización de las políticas institucionales para la lectura y la escritura en lengua materna, de la Universidad de Ibagué y artículos publicables sobre el tema.
La lectura y la escritura, una cultura universitaria que se reivindica en la fundación universitaria tecnológico Comfenalco
Enyel Manyoma, Mapy May Ripoll y Jorge Luis Buelvas
Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco, Colombia
El proyecto La lectura y La escritura como una cultura en la universidad, tiene una gran significación para la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco, en tanto en esta se consideran estos procesos como uno de los acontecimientos académicos más importantes, sino el más importante de la vida universitaria por ser una práctica inserta en la Sociedad y en la cultura. La intención de este proyecto es la de transformar los modos de hacer y de decir en las aulas de clase en relación con la lectura y la escritura; por cuanto es allí donde se entretejen interdisciplinariamente los saberes que todo profesional debe comportar competentemente

Igualmente, el proyecto busca articular a profesores y estudiantes a la comunidad de lectores y escritores, formar ciudadanos de la cultura escrita, es decir, formar personas capaces de acudir a la lectura y escritura para solucionar problemas en prácticas reales. Es por ello, que la Institución ha impulsado este proyecto, dado que tiene la convicción que es la mejor alternativa para ofrecer una educación de alta calidad.

El proyecto se fundamenta en las teorías de la semiótica de la interpretación de Umberto Eco, de la Texto Lingüística de Teu Van Djck, de la propuesta de la lectura como transformación del ser lector de Jorge La rosa y otros teóricos que hacen aportes a estos dos procesos.

El proyecto se desarrolla metodológicamente desde una perspectiva que integra aspectos cuantitativos y cualitativos, ampliando el horizonte investigativo de lo científico y metodológico en la búsqueda de una epistemología de la complementariedad que sustituye cualquier eventualidad teórica y práctica. Se reivindica esta perspectiva, dado que es a través del conocimiento didáctico-pedagógico de la lectura y escritura que se puede hacer comprensión del proceso de producción de textos y mejorar la calidad de la producción tanto de docentes como de estudiantes.

El plan lector: una estrategia para mejorar la calidad académica en el pregrado

Adriana Gordillo Alfonso, Universidad de la Salle


En el marco del proyecto Educativo de la Universidad de la Salle (PEUL), se recupera la necesidad de educar integralmente para promover la generación de conocimiento que ayude a la transformación social. Es así que la universidad, privilegia didácticas que le permitan a la persona formarse para pensar con rigurosidad y sentido crítico. Por esta razón, hay estrategias institucionales como el plan de alfabetización cultural que se visibiliza a través del plan lector. Este plan se enmarca en la comprensión de la cultura como texto y particularmente el estudiante de lenguas en tanto que lector, se convierte ante todo en “traductor cultural” poniendo en escena los textos, sus representaciones, imaginarios y costumbres, (re) construyendo los significados culturales que emergen en su calidad de usuario, analista y pedagogo de la lengua. En síntesis, el plan lector, se ha venido reconstruyendo colectivamente. El canon de los 20 libros fundamentales, es leído por todos los estudiantes de la Salle en los espacios de formación Lasalliana y la propuesta de los 20 libros disciplinares, se cristaliza en las demás áreas que conforman la malla curricular de la Licenciatura en Lengua Castellana, Inglés y Francés. Es así que en cada uno de los espacios disciplinares, el profesor trabaja con sus estudiantes el texto que corresponde , permitiendo un espacio de reflexión en donde los estudiantes y profesores ensanchan sus estrategias lectoras a la vez que fortalecen su competencia discursiva y su enciclopedia, vigorizando así el acto lector. Para ello, se instauran una serie de estrategias que permiten la comprensión y producción de textos.


Comprensión y producción de textos académicos. Una propuesta de trabajo para este componente en la Universidad del Valle

John Saul Gil - Universidad del Valle, Colombia


Este artículo recoge parte de la discusión y de las propuestas de trabajo curricular planteadas en la Universidad del Valle desde los años 90, en donde se plantea la necesidad de formar profesionales capaces de aportar a la nueva sociedad del conocimiento y de reconocerse individual y colectivamente como parte de una nación a través de su lengua materna.

Se justifica la urgente necesidad de inscribir el estudio de la comprensión y la producción de textos académicos como un componente básico de la formación académica de los estudiantes, en el amplio paradigma de saberes que definen a la universidad y se postulan opciones pedagógicas y curriculares para este componente, integrando los esfuerzos y la experiencia de trabajo académico e investigativo del Grupo de Investigación en Textualidad y Cognición - GITECLE, de la Cátedra UNESCO para la Lectura y la Escritura en América Latina, y de un grupo de profesores del Departamento de Lingüística que durante más de una década han liderado la reflexión y el trabajo en este campo en la Universidad del Valle.

De manera general, se revisan algunos antecedentes y orientaciones pedagógicas y curriculares que tienen relación con este componente en la Universidad del Valle para luego sugerir opciones de trabajo en los cursos respectivos; posteriormente, se hacen recomendaciones para la apertura de nuevos espacios curriculares que permitan el mejoramiento de los procesos de lectura y escritura de los estudiantes de la Universidad. Al final, se proponen algunos cursos básicos de comprensión y producción de textos para cuatro grandes áreas del conocimiento, en el marco de un menú que permita en un segundo nivel la oferta de otras opciones en distintos niveles formativos de los estudiantes.
CONSIDERACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN EN TORNO A LA LECTURA Y LA ESCRITURA EN LA UNIVERSIDAD

Mireya Cisneros Estupiñán - Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia


A continuación presento una serie de consideraciones en torno a la lectura y la escritura en la universidad para fundamentar su investigación. En un primer apartado se estima la lectura y escritura desde políticas nacionales e internacionales que han llamado la atención acerca de su importancia y pertinencia en la actualidad. El segundo apartado se refiere a la lectura y la escritura como retos en la universidad y en la sociedad. El tercer apartado resalta la necesidad de buscar la cualificación de la lectura y de la escritura no como procesos aislados sino interrelacionados. En el cuarto se hace referencia a los contrasentidos de la lectura y la escritura que se dan en las universidades. Y se finaliza con un breve apartado sobre la importancia del texto expositivo- argumentativo.

COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE TEXTOS EN LA UNIVERSIDAD
PROBLEMAS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS


Sol Mercedes Castro - Universidad Distrital, Colombia


Se plantea que la interlocución humana tiene lugar en distintas esferas de la actividad y que cada una implica un estilo textual que a su vez involucra diversos subestilos y se afirma que la sociedad ha encargado a la escuela de aportar al desarrollo del dominio de la comprensión y producción de textos, por cuanto son los elementos de la comunicación. A partir de una muestra de investigaciones colombianas acerca de la enseñanza de la comprensión y producción de textos en la universidad, se identifican los problemas teóricos y metodológicos implicados en dicha enseñanza y se señala la necesidad de articular los programas de formación con las necesidades sociales y el desarrollo científico.

Mesa temática 7. Lectura, escritura y ciencias del lenguaje
TIPOLOGIAS TEXTUALES O MODELOS TEXTUALES?
QUÉ ENSEÑAR, QUIÉNES Y A QUIÉNES EN CURSOS DE LENGUA EN EL CONTEXTO UNIVERSITARIO COLOMBIANO
Luis Carlos Castillo, Universidad del Valle - Colombia
La existencia de cursos de español, redacción, comunicación o expresión escrita que se dictan en las universidades colombianas hoy día, han venido incluyendo como objeto enseñable todo lo relacionado con los textos escritos. En efecto, no hace más de dos décadas que este tipo de contenido llegó para competir con contenidos tradicionales de gramática, sintaxis, y ortografía. No obstante, el efecto de este nuevo contenido en la formación de los estudiantes parece ser poco puesto que se esperaba que con un recorrido diferencial por los distintos textos los estudiantes aprenderían a reconocer sus estructuras, funciones y usos, conocimientos aplicables estratégicamente posteriormente en tareas de lectura y escritura.

Por otra parte, la comunidad académica, me refiero a los docentes universitarios, teóricos de la lingüística textual y del análisis del discurso, han venido sosteniendo una discusión (no siempre declarada) sobre un criterio equilibrado que determine qué tipos de textos se deben enseñar a los estudiantes universitarios y qué modo de clasificación u organización de los textos implementar. Pero en términos prácticos la discusión ha sido tan álgida que hoy se ha aceptado que hay una diversidad conceptual ineludible (válida) y que no es posible ponerse de acuerdo. Es decir que se acepta que en cuanto a la clasificación de los textos escritos debemos conformarnos con que estamos ante una babel conceptual, no obstante, la consecuencia de ello es que esta confusión conceptual ha sido trasladada al aula de clase.


Al tenor de estas dos situaciones enunciadas en el presente documento hago una reflexión sobre una cómo entender de una manera más clara el papel que desempeñan actualmente la diversidad textual en la enseñanza de la lectura y escritura universitaria y qué criterios de clasificación se deberían tener en cuenta a la hora de decidir qué segmento de esta diversidad es enseñable en el ámbito universitario. Esta reflexión se hace en el marco de la realidad universitaria colombiana, por ello, en ella se argumenta a favor de los profesores de lengua como los más idóneos (más no los únicos) para afrontar la enseñanza en forma masiva de la lectura y la escritura de textos académicos en el contexto universitario.
Los textos escolares colombianos para la enseñanza de la escritura en la educación universitaria
Isabel Borja
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Colombia
Se ofrece un avance del proyecto de investigación cuyo objetivo es identificar las características de los textos escritos en Colombia para la didáctica de la escritura en el nivel universitario.
Se da cuenta del diseño de la investigación, el cual implica el supuesto de que es posible identificar los fundamentos conceptuales implicados en las propuestas metodológicas que se elaboran para orientar el desarrollo de la escritura en estudiantes universitarios.
Se identifican algunos supuestos teóricos que sirven para la creación de un tipo determinado de estos libros, el cual se caracteriza. El análisis demuestra la articulación entre las teorías, declaradas o implícitas, en las que se fundamenta la escritura del tipo específico, en tanto proponente de un modelo de metodología y como objeto cultural destinado a cumplir una función social prevista.
Impacto de las competencias para la comunicación en la formación del nuevo profesional
Rosalba Arriera
Corporación Universitaria de la Costa CUC, Colombia
El objetivo de la investigación fue evaluar las competencias comunicativas de los estudiantes del primer semestre de la Institución. El Propósito, desarrollar competencias en lenguaje que permitan al nuevo profesional aproximarse a la ciencia para construir un mejor futuro. Es papel de la educación superior promover prácticas pedagógicas creativas que incentiven un aprendizaje significativo para formar ciudadanos capaces de desarrollar su potencial creativo. Se plantea la pregunta de investigación: ¿Cómo trabajar para desarrollar en los estudiantes las competencias comunicativas que le permitan desenvolverse con acierto en la corriente textual del mundo en el que vive? Se justifica, desde la concientización del estudiante en el papel humanizante y socializador del lenguaje y la importancia en su formación profesional. Se aplicó la metodología descriptiva- cualitativa con apoyo en datos estadísticos. Se evaluaron trece programas con muestra altamente representativa. El sustento teórico lo constituyeron las teorías del lenguaje y la comunicación, especialmente la pragmática y el análisis del discurso. Como resultado se encontró en la comprensión lectora: las competencias Inferencial, Gramatical y Macro estructural estuvieron en nivel BAJO. La literal, MEDIO. En la oralidad, las competencias lingüística, Pragmática, Semántica y Kinésica, ACEPTABLE y la Sintáctica, DEFICIENTE. Se concluye que en la oralidad, los estudiantes poseen manejo insuficiente del léxico con tendencia a reemplazar los vocablos del discursivo, por expresiones carentes de sentido y uso exagerado de deícticos. Su estructura discursiva no atiende las diferencias de participantes. En la competencia gramatical, dificultad para interpretar la estructura y la organización textual. Resultados pobres en el orden lógico y coherencia al texto escrito.
Acerca de la manera como se enseña a comprender y a producir un punto de vista y los argumentos que lo sustentan

Shirley Solís
Universidad Autónoma de Occidente, Colombia

Se trata de compartir y discutir una experiencia relacionada con la enseñanza de la argumentación escrita, específicamente con el proceso construido para que los estudiantes universitarios de pregrado accedieran a la comprensión de lo que significa establecer un punto de vista y argumentarlo. Para poder cumplir con este propósito se parte de la idea: “no se aprende a argumentar únicamente con la revisión y explicación de los conceptos; o a partir del análisis de un texto argumentativo sí se considera éste como un ejercicio aislado de un contexto significativo. En esta experiencia se privilegia el hecho de que el estudiante aprende a argumentar si participa con sentido en el acto de la argumentación. Por esta razón, se le da importancia al hecho de concertar conjuntamente el tema sobre el cual se va a polemizar; a la posibilidad de plantear preguntas sobre lo que se quiere indagar y a los espacios de discusión, es decir, en el marco de un proyecto de escritura. Además, durante el desarrollo de esta experiencia se combina la explicación de conceptos (argumentar, punto de vista, argumentos) desde los presupuestos teóricos de Perelman y Joaquín Dolz, con actividades para comprender y producir un punto de vista y plantear argumentos. Es importante anotar que se hace uso del taller como “una práctica educativa que combina la imitación, la creación, la inteligencia práctica, unas técnicas, un cuerpo” Vásquez (1999: 26). Forma parte de este proceso el ejercicio de análisis de textos argumentativos (artículo de opinión) desde una perspectiva discursiva para abordar elementos como la intención del texto y el concepto de destinatario. En cuanto a las mediaciones se destacan el ejercicio de la metacognición y el uso de consignas que hacen referencia a: explicar, preguntar, señalar, inferir, ejemplificar, mostrar modelos o maneras de hacer.
Mesa temática 6. Lectura, escritura y campos humanísticos
La teatralidad: cómo enfrentarse al texto dramático en el aula
Antonio García del Toro
Universidad Interamericana de Puerto Rico
Nuestra presentación examina la forma correcta en que debe estudiarse y analizarse un texto dramático en el salón de clases. Sin olvidar los valores literarios del texto, se apunta cómo llegar a los valores estéticos y artísticos que lo convierten en un texto representable, razón para la que fue escrito.
Autores Vallecaucanos

Myriam Zenaida Rojas Correa
Institución Universitaria Antonio José Camacho, Colombia


En la institución Universitaria Antonio José Camacho, se pensó en una estrategia que permitiera y motivara los estudiantes de primer semestre a incursionar en procesos de lectura y escritura en profundidad, de una forma lúdica y activa; para ello se escogió el tema de los autores Vallecaucanos, no solo desde la perspectiva de la literatura y sus géneros, que se considero importante tener en cuenta aquellos autores que de alguna manera se han involucrado para hacer del Valle del Cauca, una región pujante y creadora, con excelentes personajes para Colombia y de Colombia para el mundo.

La presentación de la propuesta se hizo a través de preguntas que les permitieran a los estudiantes confrontar su grado de conocimiento o desconocimiento frente al tema: ¿Qué autores de la literatura, del arte, de la ciencia o de la tecnología conocen ellos?, ¿Cuáles son sus obras o trabajos más representativos?, ¿En qué lugares del Valle del Cauca o de Colombia hay muestra de esta obra?, ¿Cómo beneficia el logro de estos personajes a través de sus proyectos u obras al Valle del Cauca?; entre otras que fueron surgiendo por parte de l@s chic@s.

En sus respuestas fue muy grato observar y escuchar que algunos tenían grandes conocimientos, otros solo recordaban nociones y los más aterrados decían que lo habían olvidado. Es allí donde se materializa la propuesta, invitándolos a realizar un proyecto de aula, donde se explica (¿Qué es, cómo se hace, para qué se hace?, objetivos, metodología y cronograma que nos permita a todos hacer un seguimiento y dar al final unos resultados) que les permitiera profundizar (leyendo y escribiendo) y pensar en formas lúdicas para contar a los otros sus búsquedas y consultas sobre diferentes personajes ya fuera de literatura, de ciencia, de tecnología; l@s chic@s inician por consultar en Internet, otros en libros, en revistas y otros en las bibliotecas publicas de la ciudad, preguntan a otros docentes,(Aquí el trabajo es interesante porque se torna una pregunta de todas las áreas del conocimiento) preguntan en sus casa y se hacen preguntas de que tanto quieren conocer de los autores consultados. Realizan resúmenes, reseñas y cuadros comparativos de sus búsquedas bibliograficas. Dan razones de manera escrita porque unos y porque otros no los tendrán en cuenta al momento de presentarlo a los compañeros.

Se consulta sobre variadas formas de presentar un proyecto y allí surgen variadas y dinámicas formas de contar a sus compañeros sobre los autores consultados, hay que buscar y prepararse para hablar en publico, para hacer un ensayo, para una revista, para una entrevista, hasta una yincana del conocimiento y en fin, son muchas las formas que les surge para que los otros conozcan de sus personajes trabajados. Los retos que surgen alrededor del proyecto son múltiples y con argumentos donde hubo grupos que se aventuraron en entrevistar al personaje, filmarlo y pedir consejo para ser buenos lectores y escritores hoy en un mundo de tecnología y donde la computadora juega un papel protagónico en sus vidas juveniles. (Como sucedió con Gustavo Álvarez Gardeazábal, Orlando Rincón, Lucy Tejada y Julián Rodríguez, entre otros que a pesar de sus múltiples compromisos y la perseverancia de l@s chic@s, lograron entrevistar y filmar).

Las competencias comunicativas que se desarrollaron, ampliaron y ejercitaron en los estudiantes fueron la cognitiva, la lingüística, la semántica, la argumentativa, la propositiva y el análisis y síntesis de diferentes materiales escritos y escuchados en las entrevistas.

Fue muy grato el trabajo realizado y las actividades que fueron surgiendo en torno a la lectura y la escritura (consulta de materiales, resúmenes, reseñas, cuadros comparativos, escritura de ensayos, entrevistas, redacción de preguntas y posibles respuestas) de una forma critica y objetiva por parte de l@s chic@s, la creatividad también fue invitada y jugo un papel importante en los jóvenes universitarios.
TODOS PARA UNO
ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE NOVELA, HISTORIA Y PERIODISMO

Oscar Perdomo, Universidad Autónoma de Occidente, Colombia


La literatura, como tantas cosas con más de dos definiciones, tiene muchas madres y padres y, cómo no, en estas incestuosas relaciones aparecen parentescos nada claros. Desde su el inicio, todo lo que fue escrito ha sido considerado, en varias oportunidades y por diversos estudiosos, historia y literatura. Testimonio real y, al ser escrito y reinterpretado, expresión narrativa. De la misma manera, aunque el oficio del periodismo sólo aparece con el consumismo, ya existía la labor de recoger información para ser transmitida. Desde la piedra roseta hasta los juglares renacentistas, pasando, cómo no, por el “Aviso del Terremoto” y los cantos de Rafael Escalona, los intelectuales defensores del periodismo sostienen que éste existió desde mucho antes del Yellow Kid.

Pero antes de complicar (más) la cosa, tratemos de poner orden en el aquelarre del primer párrafo. Se supone que este texto hablará de la relación entre la literatura y la historia. Sin embargo, como si este paralelo fuera sencillo, se nos ha colado un tercer elemento, el periodismo. Así que, a riesgo de ser sepultado por la temática, empecemos la disertación.

Para tratar de aminorar un poco la orgía inicial a la que remite el término “literatura”, vamos a desmenuzarlo. Nos quedaremos, exclusivamente, con la novela. Afuera van los géneros líricos, la ensayística y todos los híbridos que podamos imaginar. De la misma manera, como muchos autores consideran al periodismo como un género literario, tendremos que expulsarlo, aunque permitiremos que se asome por la ventana, ya que quedamos en que él haría parte de nuestro análisis. Sin embargo, valga la oportunidad para desglosar al periodismo de la misma manera. No nos remitiremos a leads noticiosos ni pirámides invertidas, sino a los géneros respetables: el reportaje y la crónica. En resumen, a partir de ahora cada vez que se hable de literatura nos referiremos a la novela o, al menos, a la narrativa. Y al hablar de periodismo nos quedaremos con la crónica investigativa.

En cuanto a la historia, remitámonos al que sabe. Aristóteles, en la poética, dice que la historia cuenta lo que pasó, usa la palabra para referir hechos, en el entendido de que se toman por verídicos. La ficción misma reconoce ese axioma. Cervantes escribió en El Quijote que uno es escribir como poeta y otro como historiador. El poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir no como debían ser, sino como fueron sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.

Sin embargo, Alonso Quijano, que no pudo conocer la prensa escrita, tal vez en su delirio hubiera podido adivinar que esas definiciones podrían aplicarse al periodismo. Por eso esa disciplina se coló en este ensayuelo, porque el periodismo también relata hechos que se toman por verídicos (que no es lo mismo que decir que son verídicos). Desde luego, al periodismo hay que añadirle la inmediatez. Por eso Octavio Aguilera afirma que el periodismo es la historia del presente y la historia el periodismo del pasado. Otro autor que jugó con los géneros, Benito Pérez Galdós, declaró que lo contemporáneo no se puede transmutar en novela histórica si se quiere hacer algo trascendente. La historia no es inmediata, el periodismo sí.

Entonces la historia y el periodismo serían primos hermanos. Ambos deben recopilar los hechos de manera objetiva. Sólo que el segundo lo hace de manera inmediata y perecedera, mientras la primera debe (debe?) perpetuarse como registro de una época. No es descabellado suponer que en los tiempos actuales algunos trabajos periodísticos hayan subido de estrato y se consideren documentos históricos. Tómese como ejemplo la obra de la recientemente desaparecida Oriana Falacci, quien dijo a propósito de su “Entrevista Con La Historia” que era un documento a caballo entre el periodismo y la historia. Probablemente muchos textos de periodistas responsables cabalgan de la misma manera.

Pero, y para continuar con la metáfora hípica, no podríamos decir lo mismo de algunas novelas que cabalgan entre la literatura y la historia? O, para seguir con los paralelos, entre la literatura y el periodismo? Teniendo en cuenta que la historiografía depende del lenguaje (y la prensa todavía más, de manera incluso onomatopéyica), podríamos incluso afirmar que la literatura es primigenia para las otras dos. No se puede olvidar que abundan los ejemplos en los que se mezclan ya no sólo dos de los géneros mencionados, sino los tres juntos.

La literatura siempre se ha nutrido de la historia y viceversa. Como afirma el venezolano José Cruz: La historia busca datos en la literatura para documentar el pasado lo más objetivamente posible; y ésta, por su parte, los busca en la historia para reelaborar estéticamente unas circunstancias determinadas. Sin embargo, este intercambio es posible porque hay entre una y otra una base común. Es obvio que inicialmente la historiografía no se diferenciaba demasiado de la literatura. Delimitando un poco y regresando al género narrativo, fue Lukács quien acuñó el término ficción histórica para las novelas de principios del siglo XIX, género que fue enriquecido por autores de la talla de Tolstoy, Dumas, Stevenson, Flaubert, Dickens y muchos más, y no sólo remitiéndose a la historia reciente, sino mucho más atrás. Por supuesto, la historia (la realidad) siempre ha sido fuente de inspiración para los escritores. Pero el nuevo género permitió una reinterpretación más cercana, más responsable de las realidades descritas. Sin embargo, la barrera continúa. Estamos hablando de literatura, es decir, de ficción. Y la historia no puede darse el lujo de ficcionalizar.

Lo mismo sucede con el periodismo. En el proceso de estructuración del oficio llegó incluso a haber ejemplos macondianos, como el redactor francés Clemenceau quien colocó en las paredes de su diario “L’aurore” un letrero que decía se recuerda a los señores periodistas que la frase consta de sujeto, verbo y predicado. Quienes quieran emplear adjetivos vengan a verme”. Y no sólo reporteros de oficio se imponían tal rigor. El mismo Hemingway, quien fue periodista como fue casi todo lo que era posible ser, tenía una regla de oro: No utilices el adverbio. Estos consejos, ingenuos sin duda pero necesarios a la hora de forjar una disciplina (el periodismo apenas va a cumplir tres siglos de existencia, lapso que parece muy largo pero es ínfimo comparado con la historia y la literatura, que nacieron con la escritura y, por ende, con la civilización), permitieron que el periodismo se afianzara con sus propias reglas y, al imponer límites claros, se diferenciara de otras manifestaciones escritas de las que heredó casi todo, es decir, la narrativa y la crónica.

Curiosamente, cuando el periodismo actual está reducido a la información escueta que se transmite en segundos a todo el globo, son estos géneros originales los que le dan una nueva vida. Está el periodismo informativo, que se actualiza minuto a minuto en las páginas de Internet y que carece de barreras (como no sean políticas), y el periodismo investigativo, donde regresan los estilos narrativos que lo vieron nacer. Leer una crónica actual o un buen reportaje tiene un valor literario. No sufren de la desactualización propia de la noticia, pues su permanencia no depende de la cercanía con el hecho, sino de la pertinencia con que fue analizado y, obviamente, la calidad de la pluma. Esta labor, de periodistas, la ejercen quienes son capaces de escribir, es decir que estos periodistas son escritores de no ficción, al menos en las páginas de sus diarios.

El periodismo lo iniciaron los escritores. Y actualmente muchos escritores tienen que ganarse la vida con el periodismo, una de las pocas profesiones donde sirve saber escribir. Así que la cantidad de novelas de ficción histórica se multiplicó con el nuevo periodismo y la novela de no-ficción encabezada por Truman Capote. De didáctica manera, José María Merino escribe que la novela histórica pretende utilizar como recurso literario un momento real del pasado, recreándolo con los instrumentos y medios de la ficción. La relación entre ambos géneros ha sido tensa, como suele suceder entre hermanos. Gabriel García Márquez, autor de varios libros híbridos como “Relato De Un Náufrago” y “Noticia De Un Secuestro” defiende la profesión: El periodismo me ha sido muy útil en el oficio literario, me enseño recursos para darle validez a mis historias. Igualmente, Aldous Huxley dice que el periodismo enseña a dominar el material rápidamente y a fijarse en las cosas. Alejo Carpentier lo define como una maravillosa escuela de flexibilidad y entendimiento del mundo.

Sin embargo, no todos los autores tienen esta posición. James Barrie dijo que el periodismo es una forma de literatura que honra al hombre cuando ya la ha abandonado. No todos son tan amables como el niño perdido; Jorge Luis Borges declaró que el periodismo distorsiona la mentalidad del escritor. Su colega y rival Ernesto Sábato coincide con él al opinar que ese oficio puede destruir a un buen escritor. Katerine Anne Porter aseguró que para un escritor es muy malo trabajar en un periódico. Antes que eso es preferible hacer picadillo en un restaurante.

La polémica está en la mesa y ya hay bastantes primeras piedras. Desde luego, no hallaremos respuestas aquí porque simplemente no existen absolutos, aunque sí leeremos bastantes luces de intelectuales que han abordado el tema anteriormente. Pero si por el lado del periodismo llueve, por el de la historia no escampa. La historia y la narrativa se han separado y nuestras sensibilidades no parecen capaces de reconciliarlas, dijo Harold Bloom. De este lado, la polémica con (contra?) la literatura remite directamente a la cuestión de la verdad, o al menos de la veracidad. Y esto incluye, por supuesto, la forma de redactar, pues cualquier adjetivo puede sepultar la objetividad (término que en sí es cuestionable) del texto y acercarlo peligrosamente a los campos de la ficción. El historiador no es un coleccionista ni un esteta: no le interesan la belleza ni la singularidad. Sólo le interesa la verdad, pontificó Veyne en su libro “Cómo Se Escribe La Historia”

Otro de los pilares de la historia es una distancia con respecto de los hechos. Y esta distancia no consta solamente de lo temporal, sino que incluye una reinterpretación, un nuevo análisis, si no el primero, de lo sucedido y de las implicaciones que pueda tener. Federico Álvarez escribió que en una novela histórica, el acontecimiento debe ser también histórico. Es por ello por lo que la comprensión de algo pasado tiene, en cuanto a la plasmación estética, una cierta superioridad en cuanto al acontecimiento contemporáneo.

De otro lado, el afán de la historia de ser tratada como ciencia exacta tiene su propia polémica. Desde el renacimiento, mucho antes de que el término ciencias humanas brindase amnistía a todo lo que no era numéricamente demostrable, la historia se ha esmerado en un rigor metodológico que le permita la exactitud de los hechos narrados. Pero esto es virtualmente imposible, pues al pasar por la pluma del historiador es inevitable una contaminación, un punto de vista a partir del cual leer los acontecimientos. Es válida la cita de Michel de Certau: el pasado nos resulta ficción del presente. También Borges dijo no hay obra que no sea de su tiempo.

Y, aún si los preceptos del periodismo y la historia fueran menos difusos, no se puede olvidar que ambos han sido utilizados como instrumentos de manipulación, de poder. Vieja es la máxima la historia la escriben los vencedores, y creo que no vale la pena recordar alguno de los numerosos ejemplos en los que el periodismo ha estado (está) al servicio de los intereses creados. A este respecto, aunque hay que reconocer que muchas obras narrativas y autores han sido utilizados de la misma manera, en la mayoría de los casos un artista sólo responde a su necesidad personal, a la estética.

Sin embargo, la idea no es tratar de abrir más la brecha entre las disciplinas, sino más bien tratar de hallar las raíces comunes, los lazos conectores que permitan un trabajo conjunto y no unos límites inocuos. Lo primero y lo más obvio es que los tres oficios tienen en común una narratividad, el objetivo para todas consiste en narrar algo, bien sea para entretener, para comunicar o para perpetuar en la memoria de la humanidad. Con algo de suerte y talento se pueden conseguir las tres. Es necesaria la mirada del escritor (del historiador, del periodista) para lograr la síntesis del acontecimiento y deshilvanar lo importante de la enredada madeja que nos presenta la realidad y su pluralidad de voces y puntos de vista. Sólo un autor de ojo y pluma entrenados puede entrever las verdaderas consecuencias de un acontecimiento y su respectivo análisis. A diferencia de una descripción escueta, una narración permite descifrar causas, motivos y circunstancias así como efectos y vaticinios. En este sentido, las tres disciplinas desde sus respectivos campos son igualmente válidas. Diferentes en sus medios, pero equivalentes en sus intenciones.

Es imposible entregar al lector (de novelas, de periódicos o de textos históricos) la verdad de los acontecimientos tal como ocurrieron. Éstos tienen que pasar por montones de tamices, desde testigos y recreaciones mentales y verbales, hasta la visión final escrita. Esa versión escrita se convierte en la versión histórica, la versión que se tendrá como verdadera a pesar de que no puede ser fiel a una realidad que es imposible de capturar como esencia y como simultaneidad. Una recreación del pasado, una reinvención, si somos lo suficientemente sinceros y atrevidos, es lo que la historiografía nos entrega. Y hay tantas versiones de los hechos como historiadores. Entonces la historia se nos presenta como un calidoscopio de voces que el lector debe, en un nuevo intento de interpretación, analizar para tomar su posición. En palabras de Levi-Strauss, La historia es un conjunto discontinuo, formado de dominios históricos.

De la misma manera sucede con el oficio periodístico, con el agravante de la inmediatez y la celeridad. El periodista debe desenmarañar la noticia de la vorágine de acontecimientos anónimos cotidianos. Sólo un buen tratamiento puede convertir una noticia en un hecho noticioso, es decir, algo que interese y afecte a una comunidad. Y, en el caso del reportero, la pluralidad de voces es cacofónica pues, literalmente, todas hablan al tiempo y todas pretenden llevar la verdad. En las noticias de dos columnas simplemente se ponen los testimonios y el lector se queda con alguna de las versiones. Es en los reportajes y los géneros investigativos donde se puede poner en tela de juicio tales testimonios en busca de una verdad o, al menos, una cercanía entre los hechos ocurridos, los narrados y los aceptados por una sociedad.

En cuanto a la literatura, el escritor tiene que hacer el mismo trabajo pero añadiendo los abismos de su alma, que suelen ser tan profundos que lo obligan a realizar el infame oficio de las letras sin aspirar siquiera a un salario de locutor (como premio de consolación, tal vez consiga la eternidad). Su laberinto es más intrincado, pues la realidad es reflejo de su alma y su excesiva sensibilidad le impide la simulación de objetividad que requieren las dos disciplinas previamente vistas. La metáfora aparece entonces como tabla de salvación y la ficción permite interpretaciones que jamás podrían darse con el periodismo o la historia. Versiones delirantes y mentirosas si se quiere, pero no por ello menos válidas. Sólo que de lectura más compleja.

Y esa es la versión que me interesa. Cada quien tira para su lado, es cierto, y aunque mi formación periodística me alcanzó para colarlo a esta fiesta privada, debo reconocer que mi vocación personal me obliga a quedarme con las letras. Pero ésta no es una decisión de gusto (decisión que, a propósito, es totalmente arbitraria e inútil, pues este ensayuelo no pretende ser un concurso o ponderar una disciplina por encima de las otras), sino de contenido. La historia pretende dictar una verdad, es la portadora de la bandera de lo socialmente aceptado. El periodismo actúa como caja de resonancia, como lupa que escudriña los hechos actuales. Pero la literatura permite una reinterpretación libre, entendiendo este término no como libre de las normas de las disciplinas previas, sino como libre de concepciones rígidas. La ficción puede romper etiquetas, traspasar barreras, plantear interrogantes, encarar supuestos, desvirtuar axiomas y enfrentar al lector con una realidad que le han puesto frente a los ojos y que quizá nunca ocurrió. Es decir, enfrentar al lector consigo mismo.

Tal vez me puse un poco borgiano en el párrafo anterior, pero es ese sentimiento, esa pulsión la que me lleva a inclinarme por la ficción. La necesidad de entender por mí mismo al igual que debe hacerlo cada lector. Y ese entender no se refiere a alcanzar una supuesta verdad, sino a tomar una posición con respecto al mundo. Lo primero a “entender” sobre la verdad es que no existe, no al menos una pleonástica “verdad verdadera”, sino una multiplicidad de verdades a la que el lector debe añadir la suya sabiendo que sólo es válida para él. Estos procesos sólo los ofrece la literatura.

Pero, entonces dónde queda la verdad? Para responder a esta pregunta hay que hacer otra: Cuál verdad? Y ni siquiera me refiero a la cantidad de visiones y verdades mencionadas anteriormente, sino a una supuesta verdad objetiva y única. Cuál verdad, repito, si la historia (ni qué decir el periodismo) nunca nos han entregado verdad alguna. La historia de la humanidad es un conjunto de ficciones minuciosamente creadas para adaptar una realidad y presentarla como algo diferente a lo que fue. Escéptico a estas alturas? Preguntémosle a Harry Lee Oswald o, para no salir del barrio, a Juan Roa Sierra.

Desde luego, no toda la historia universal ha estado al servicio del poder, pero es innegable que lo que aceptamos como verídico ha sido manipulado y maquillado y que las versiones contradictorias corresponden menos a los puntos de vista que a los intereses de cada bando. Entonces, si aceptamos que lo que conocemos como verdad es simplemente la versión oficial (cómo no admirar la sabiduría de George Orwell en “1984”, lo que me obliga aún más a transar por la ficción), nos daremos cuenta de que las versiones ficticias (es decir, honradamente ficticias) de las novelas no son tan diferentes de la historia y que, en cambio, al verse libres de compromisos con los intereses que entronizaron la historia, pueden dar más luces sobre los acontecimientos. Esto, que suena tan disparatado, no podría estar mejor explicado que en los labios de un demente ficticio: Te cuento las mentiras para que conozcas la verdad aconseja Don Quijote a Sancho Panza.

Y resultó que, de tres disciplinas formadas y correctas, terminamos en un campo de arenas movedizas donde nada es real, una especie de Matriz como la de Neo o de sueño cortazariano. De algo complicado pero tratable llegamos a problemas filosóficos y existenciales. No era para menos, supongo. Me consuela que no había intención de agregar mis respuestas a la colección de verdades universales. Simplemente, diré que en un mundo donde lo real es ficcionalizado, la ficción es lo más cercano a la realidad. Por eso me quedo con ella, aunque mi posición no le interese a nadie (suponiendo que alguien haya llegado hasta esta línea).

Entonces, la novela histórica de la que hablábamos anteriormente puede convertirse en el documento por excelencia para la búsqueda, no de una supuesta verdad histórica, sino de unos análisis más cercanos a la realidad de una comunidad. En muchos casos, es menos importante lo que ocurrió que la manera en la que afectó a la sociedad. Tómese el caso, de nuevo, del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, cuyo único culpable según la historia fue Roa Sierra y que, según esos mismos historiadores, disparó la violencia partidista. Ambos conceptos han sido desvirtuados por nuevos historiadores, en el primer caso no se han dado los verdaderos responsables del magnicidio. Pero, para los miles de compatriotas muertos en las semanas siguientes, eso ya importa poco. En cambio, gracias a obras como “La Calle 10”, “El Día Del Odio” o “El Crimen Del Siglo” es más fácil abarcar el gran cuadro social en juego. La historia nos entrega datos y estadísticas, muchas veces maquilladas, pero novelas de la talla de “Viento Seco” o, con mucha mayor maestría, “El Día Señalado” dan cuenta del drama del ciudadano (campesino) de a pie. Ficción, fábulas que jamás ocurrieron, es cierto, pero que reflejan la verdadera dimensión de la tragedia.

Pienso que el punto queda claro. Punto que, a propósito, no me he inventado y que es casi tan obvio como fatuo, pues la recreación de una realidad a través de la ficción jamás será tomada en cuenta por la historia. Pero esto tampoco es verdadero. Gran parte de lo que hoy conocemos como textos históricos fueron versiones de rapsodas. Y aún hoy cuando alguien quiere contar los muertos de la masacre de las bananeras se remite a “Cien Años De Soledad”.

De todas maneras, y a modo de conclusión, quisiera afirmar que la novela histórica puede jugar un papel de Casandra (metáfora literaria, qué predecible). Canta a gritos realidades que son o que pudieron ser y que sólo hay que mirar con algo de agudeza, como a través de un prisma; pero nadie les cree. A lo mucho, las leerán con curiosidad. Pero no hay que quejarse demasiado. De todas maneras nadie lee historia tampoco. Por eso estamos condenados a repetirla.

Sin embargo, para que no se piense que estas páginas resultaron simplemente un conjunto de divagaciones, consérvese la idea del periodismo como hermano menor del binomio historia-literatura. Y téngase también en cuenta que a la larga, la literatura es lo único que nos salva.

Y esto último tal vez pueda considerarse como verdadero.
LA METÁFORA COMO MANIFESTACIÓN DEL MITO:
Un estudio de casos aplicado al drama Ligazón de Ramón del Valle Inclán
MaritzaTurizo Arzuza
Universidad Autónoma del Caribe, Colombia
La realidad de los pueblos latinoamericanos en la primera década del siglo XXI, tipificada por fenómenos como la crisis de valores y la incertidumbre ideológica, puede en cierto modo, equipararse a la convulsionada situación que vivía España hace cien años, inmersa en un agudo deterioro de sus concepciones tradicionales y sus estructuras socio- políticas. En tal sentido, el paralelo entre estos dos escenarios históricos hace que hoy cobre vigencia la lectura del teatro mítico -esperpéntico del español Ramón Del Valle-Inclán, quien desde su peculiar estética pretendía sacudir las conciencias adormecidas de su época, valiéndose de la inusitada fuerza de sus extravagantes personajes.
No obstante, justo por lo agitado del contexto geo- político en que Valle- Inclán escribe; resulta atrevido más que complejo, querer desentrañar el trasfondo ideológico de su teatro gallego de grupos marginales que dicen sus verdades en escena. Por lo tanto, este trabajo se orienta a develar la relación dialéctica entre la concepción del mito y el reiterado uso de metáforas en Ligazón, Auto para siluetas, pieza dramática breve que junto a otras cuatro integra el Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte <1927>, una muestra del talento de Ramón Del Valle-Inclán, paradójicamente tan amigo del Modernismo Hispanoamericano como de la Generación del 98
A la luz de los ejes temáticos orientadores de nuestra investigación; nos aproximamos al análisis semiótico del teatro mítico- esperpéntico. Bajo un enfoque hermenéutico y holista, fenomenológicamente nos aventuramos a descubrir con Valle, la sociedad española post 1898, representada en su legendaria Galicia.
A partir del método histórico-dialéctico, la revisión documental y el análisis de contenido conducen a interesantes resultados que erigen el mito como una importante zona de significado ligada al folclor, la religión, las tradiciones y otras manifestaciones de la cultura popular.
La demarcación de los campos semánticos en Ligazón se sustenta en tres categorías míticas: la sirena, la serpiente y el diablo, las cuales se expresan en metáforas que vislumbran un paralelo entre objetividad y subjetividad, trasladando al plano de la lengua la cosmovisión del autor.
Escritura para la vida en riesgo: Una práctica de escritura proactiva
Juan Diego Castrillón
Universidad Autónoma de Occidente, Colombia
Es una reflexión alrededor de la experiencia que he tenido de provocación a la escritura en cursos de ética dados en diferentes ambientes (en la Universidad Autónoma de Occidente y en la Universidad Javeriana en 5 años) en el sector carcelario (El Buen Pastor, Villahermosa) y entre jóvenes de alto riesgo (Poblado II). Desde un modelo prospectivo los estudiantes son llamados a diferenciar sus propios espacios vitales ideales a través de la escritura, luego de considerar expectativas, riesgos y alternativas medibles de superación con base en indicadores.
Los estudiantes reciben una exhortación y un formato y como producto elaboran un Plan de Desarrollo Personal, que es incluyente de varios proyectos de vida, desde un modelo estratégico de planeación. La experiencia pedagógica no está sistematizada en el sentido de las ciencias positivas. Si se necesita, como situación medible, se puede mostrar la experiencia en El Poblado II (12 muchachos con antecedentes conflictivos graves en su barrio).
La lectura y la escritura como prácticas de producción y consumo cultural. Cinco premisas para el trabajo pedagógico en la Universidad

Giovanna Carvajal Barrios
Universidad del Valle, Colombia

La ponencia desarrolla cinco premisas relacionadas con el trabajo pedagógico en las áreas de lectura y escritura en la Universidad:
(1) Los modos de leer y de escribir de los estudiantes universitarios están enmarcados por sus prácticas de producción y consumo cultural.
(2) La escuela no se limita a ser un espacio de transmisión de conocimientos. Es una instancia donde se activan formas de interacción social y donde se diseñan y ejecutan políticas culturales.
(3) Los medios de comunicación (el libro, el cine, la radio, la televisión…), más que transmitir contenidos, proveen a los receptores de determinados ambientes. Ese efecto de encubrimiento que resulta de la inmersión en ellos es posible en virtud de la existencia de un entramado social en el que los medios se inscriben y en el que se lleva a cabo la producción de sentido.
(4)Los cursos de lectura en la educación superior no son sólo espacios para la apropiación de conocimientos semánticos y procedimentales (asociados a la cultura escrita o propios de las distintas disciplinas). Deben tener como propósito establecer una relación placentera con el acto de leer.
(5)El trabajo pedagógico debe reconocer el papel de la escritura en tanto forma de expresión de la subjetividad, y propiciar formas de interacción social en las que cobre sentido el acto de escribir.

Esta ponencia surge a partir del cruce de tres experiencias particulares: a) Una investigación sobre las prácticas de lectura y escritura juveniles, ubicadas en el marco de los procesos de producción y consumo cultural (incluyendo el uso de los medios de comunicación y de las Tics) (Carvajal, 1999). (b) El trabajo del grupo de investigación “Escritura, tecnología y Cultura”, sobre la relación de los estudiantes universitarios con la cultura escrita y la tecnocultura contemporánea (Ulloa y Carvajal, 2003-2008). (c) La experiencia pedagógica en la Universidad del Valle (“Escritura” para Comunicación Social, “Escritura Creativa” para la Facultad de Artes Integradas, “Música, Escritura y Creatividad”, para estudiantes de Música, “Taller de Escritura” para la Especialización en Comunicación y Cultura) (Carvajal, 1992-2008)